Una vez pasado el control de pasaportes, bastante pesado 35 minutos en cola, nos encontramos con nuestras bolsas de viaje en la cinta ¡ya estamos todos! Un problema menos, la posibilidad de estar a casi 11.000 km de casa y sin equipaje hubiera complicado un buen comienzo.
En la entrada nos espera Norma una tailandesa encantadora que será nuestra guía durante dos de los cuatro días que estaremos en la ciudad, los dos restantes los dedicaremos a pasear a nuestro aire que es lo que más nos gusta en los viajes.
La primera impresión, camino al hotel, es que el tráfico en esta ciudad es tipo caótico-asiático.
Llegamos al hotel Sofitel Silom, estamos en la planta 19 las vistas son impresionantes. La ciudad alterna continuamente los rascacielos con las casitas con huerto, las chabolas y los solares vacíos con los parques. Hay edificios modernos de cristal y más de 300 templos de todas las religiones principalmente budistas 87% pero también conviven con hinduistas, cristianos, musulmanes…….
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