viernes, 1 de julio de 2011

De Chiang Rai a Chiang Mai y El Templo Blanco

Nos levantamos pronto, a las 6:30. Aquí se madruga mucho, no se si por el calor o porque amanece a las 05:00. El Purchai Sai Mountain está tranquilo, debemos ser los primeros en levantarnos. Hoy nos vamos a Chiang Mai hacia el oeste unos 200 km.

El comedor sigue siendo espectacular, con todo el bosque delante. Blanca no ha tenido un despertar muy bueno pero unos huevos fritos con salchichas, bacón, zumo, tostadas, mantequilla y mermelada le devuelven a la vida. Yo tomo lo mismo y el café más horrible del mundo. También había hormigas pero no de desayuno sino andando por la mesa, algo al parecer muy normal. Hemos comido bastantes veces con unas hormigas pequeñas que va limpiando la mesa mientras comes. Cuando te acostumbras pasan a formar parte del decorado. Como Tailandia es un país budista no se puede hacer daño a ningún ser vivo y anosotros nos encanta respetar las constumbres locales.


Blanca se encarga de que los peces también tengan su ración de desayuno.


Nos ponemos en marcha hacia “El Templo Blanco”. Nuestra guía, que creíamos que se llamaba Paan resulta que se llama Pern. Nos dice que este templo es bonito y diferente a los demás. Por el camino aun echamos un sueñecillo, se puede dormir bien en el coche, los peligros de la carretera están bien señalizados.


Cuando llegamos….. verdaderamente este templo es diferente o quizás ¿no nos hemos despertado todavía?. Está decorado todo con trocitos de espejo cortados uno a uno sobre fondo blanco.


Empezamos a ver cosas chocantes como este motivo alegórico a lo pernicioso del alcohol.

Pern, que cada vez nos gusta más como guía, además de ser una chica especial, dulce, amable, cariñosa, nos cuenta que el templo está lleno de reclamos para que los jóvenes vengan a orar. Por ejemplo en el interior, que no se puede fotografiar, están pintando murales donde aparecen todo tipo de personajes de cómic y cine. Vemos a Spiderman, Batman, Doraemon, Neo de la película Matrix, personajes de Avatar etc..
En el exterior también hay alguno, que si se puede fotografiar.

Estamos tan impresionados que nos sacamos una foto con el diseñador del templo.


En la entrada hay un puente que simula que pasas sobre el infierno, que por cierto el infierno de los budistas es menos duradero que el nuestro. Te tratan mal pero sales cuando has pagado la cuenta. Si has robado, en el infierno te cortan las manos quinientas veces y ya has pagado tu culpa. A Pern le parece horrible que tengamos un infierno eterno.


Pero aquí no dejas de sorprenderte nunca cuando preguntamos por los servicios….. nos indican y nos encontramos con esto.

Hay que quitarse los zapatos para entrar y te puedes poner unas zapatillas limpias que están en la puerta para entrar. Todo esta limpio y reluciente hasta lo increible. 

La gente es encantadora en este país, nuestra guía no deja con sorprendernos continuamente comprando cosas para que probemos. Nos compra unas piñas pequeñas peladas y cortadas en unos sobres de celofán. Están crujientes dulces y deliciosas.................


Nada mas llegar a Chiang Mai vamos a comer a un sitio bonito en un denso jardín. Allí comemos la mejor comida Thai del viaje y eso que hemos comido bien todos los días. Espectaculares las setas rebozadas y  un  Pad Thai muy rico. Otro tema llamativo la comida, desde que la pides hasta que llega a la mesa va tan rápido, que no te da tiempo ni a desplegar la servilleta. Que por cierto no tienes por que no usan sevilletas de tela.



Hemos visitado una empresa se seda que comienzan criando los gusanos y terminan con la comercialización.
Hemos terminado subiendo al templo Doi Suthep en la montaña que domina todo Chiang Mai.
A Pern le encanta explicarnos cosas del Budismo y de las costumbres.

 Los templos se rodean siempre en el sentido de las agujas del reloj y se puede hacer sonar las campanas








Y eso es todo por hoy. Tailandia es un país maravilloso, con gente estupenda y una comida excelente.

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