lunes, 4 de julio de 2011

Los niños del poblado Hmong de Microwave

La tribu Hmong vive siempre en los lugares más altos, les gusta el aire fresco. Después de visitar a la Mujeres Jirafa hemos cambiado de vehiculo,  la furgoneta no puede subir por la estrecha y empinada carretera que sube al poblado. Hemos usado un pick-up 4x4 con un chofer diferente. La carretera es tan estrecha, empinada y con tanta curva que hay que subir tocando la bocina continuamente para avisar a los que vengan en sentido contrario, afortunadamente no hay mucho tráfico
Video: Subiendo a bocina limpia


Según Pern el nombre del poblado (microwave) viene de la rapidez con la que sus habitantes a prosperado, todos tienen casa y pick-up y se ganan la vida vendiendo sus cosechas. El poblado no tiene mucho encanto las casas son normales y muchas con tejado de chapa aquí arriba no hace tanto calor y pueden prescindir de los tejados de hojas que son más frescos pero tienen mucho trabajo.


Hemos visto tejados de hojas y sacado fotos para que se vea el trabajo de cosido de las hojas.

Las hojas pertenecen a una especie de árbol especial pues es el que reúne las mejores cualidades según nos dicen. En fresco las hojas son estas


Lo interesante del poblado es la gente y sobre todo los niños. Hemos estado jugando y haciendo bromas con ellos hasta que han empezado a posar relajadamente.



Son niños que juegan en la calle y viven en casas con suelo de tierra.







Escriben en el suelo de la “calle principal” con un cilindro de hojas verdes. Hemos tenido suerte, es domingo y están todos en la calle jugando.



Se requiere algo de paciencia para que posen de forma natural



Pero luego viene la juerga y las risas cuando les invitas a ver sus fotos.


De pronto nos acordamos que llevamos cacahuetes en la mochila y en cuanto sacamos el paquete se ponen en fila ordenadamente extendiendo sus manos.



Se han divertido tanto que alguno .............


Los adultos seguían a lo suyo y no pidieron cacahuetes.




Anécdota del dia: En las ciudades de Tailanda hay una cadena de pequeños supermercados que se llaman “7 Eleven” pero en pueblos pequeños como el de Pern no habían visto jamás uno. Nos cuenta que cuando abrieron uno en su pueblo los mayores se quitaban los zapatos y los dejaban en la puerta para entrar descalzos al “7 Eleven”, como hacen en los templos y lugares importantes .

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